El nuevo y galáctico traje es el resultado de cuatro años de investigación, miles de pruebas en túneles de agua, modelos computerizados realizados por prestigiosas empresas de efectos especiales y un estudio detallado de los dentículos dérmicos de la piel del tiburón. El resultado es un bañador que incrementa la velocidad de los nadadores al reducir el rozamiento hasta un 4%.
Para realizar el traje de baño, lo primero que hicieron los responsables del 'Acqualab', el laboratorio de investigación de Speedo, fue fabricar unos maniquíes de tamaño real que representaran de forma virtual y real a nadadores olímpicos, masculinos y femeninos. Para ello, los deportistas 'posaron' para un escáner de cuerpo entero, con los que una empresa que ha realizado los efectos especiales de películas como Spiderman o Matrix realizó todo tipo de pruebas computerizadas.
"Creábamos corrientes en nuestro ordenador, analizamos el flujo del agua, las zonas de rozamiento, las olas... y conseguimos realizar el bañador más rápido del mundo", asegura uno de los responsables de Speedo.
Después de las pruebas en el ordenador vinieron las 'pasadas por agua'. Unos 450 nadadores probaron en las piscinas de la Universidad de Nueva Zelanda, en túneles de agua, los nuevos bañadores, en los que las costuras actúan como tendones y añaden tensión al traje mientras los paneles del tejido del traje actúan como músculos, estirándose y volviendo a su posición original.
Luego vino el diseño, que no desentonaría con el traje de cualquier superhéroe de película. Pero como para garantizar su resultado hacen falta nadadores de los grandes, Speedo ha firmado multimillonarios contratos con algunos de los mejroes nadadores del mundo, que lucirán los modelos en Atenas este verano. Las estrellas europeas de Speedo los podrán estrenar en las piscinas madrileñas del Mundial 86, donde esta semana se celebra el Europeo de Natación. A ver si es verdad que les permite volar sobre el agua